Hasta ahora nunca una sentencia judicial había calificado las adopciones irregulares durante la dictadura como un delito. Pero ahora la indagatoria a cargo del ministro Alejandro Aguilar estableció que se trató de “sustracción de menores”, el que tiene pena de crimen. No solo eso. Entre febrero y marzo la Corte de Apelaciones emitió tres fallos que indicaron que podría tratarse, además, de violaciones a los derechos humanos, delitos que no prescriben. The Clinic conversó con las familias afectadas. A una de ellas le robaron a un niño cuando lo dejaron a cargo de un hogar de menores en San Fernando. A otra madre le dijeron que su hijo recién nacido estaba muerto. Pero era mentira. Ya hay diligencias en curso en Estados Unidos y Suiza.
Fuente: The Clinic
Myriam Monardes Retamal recibió un balde de agua fría en 2018 cuando, al cumplir 65 años, fue a una oficina de Chile Atiende a cobrar el bono por hijo —el aporte que entrega el Estado a las mujeres que han sido madres—. Allí le dijeron con toda naturalidad que su pago se calcularía considerando a los ocho hijos que registra en el sistema. Pero ella solo sabía de la existencia de siete.
Fue ahí cuando se enteró que el niño que parió en 1987 en el Hospital Félix Bulnes no estaba muerto, como le dijo entonces el personal médico. La pregunta fue inmediata ¿Dónde está?.
Con la ayuda de su hija menor, Ana Vera, Myriam comenzó a peregrinar buscando respuestas. Sus datos llegaron a la agrupación Hijos y Madres del Silencio, que desde hace una década coordina a mujeres que buscan a los hijos que les robaron. De ahí vino la denuncia y su incorporación a la investigación a cargo de la Corte de Santiago. El expediente judicial señala que el suyo es el caso número 740.
No son pocos. En 2019 el ministro Mario Carroza estaba a cargo de estas indagatorias y dijo que los niños chilenos enviados al extranjero en las décadas del ‘60, ‘70 y ‘80 podrían sumar 20.000.
Actualmente la investigación está bajo el mando del ministro Alejandro Aguilar, y durante este verano la causa avanzó como nunca antes. Lo primero fue que, por primera vez, el tráfico de niños al extranjero se calificó como delito de sustracción de menores. Hasta ahora era una discusión en los pasillos de los tribunales si los hechos podían sancionarse, considerando la débil regulación sobre adopciones que existía en la época.
Pero lo más relevante ocurrió cuando el ministro Aguilar comenzó a enviar las sentencias definitivas a la Corte de Apelaciones de Santiago para que fueran ratificadas. Él decía que se trataba de casos de sustracción de menores, que constituían un delito, pero que estos estaban prescritos por el paso del tiempo. La respuesta sorprendió a todos.
The Clinic accedió a tres fallos de la Corte que no ratificaron la sentencia de Aguilar, y que los devolvieron indicando que podía tratarse de delitos de lesa humanidad, y por tanto no podían prescribir.
Esos tres fallos también señalaron que las diligencias no estaban agotadas, y que debía activarse la búsqueda de los niños robados en el extranjero. En uno de los casos también se solicitó buscar, a través de la Interpol, a una jueza que participó del tráfico de menores.
En el caso de Myriam Monardes, la Corte de Apelaciones de Santiago consideró que las diligencias debían incluir la búsqueda de los padres adoptivos de su hijo, quienes estarían en Suiza.
“Aquí le aparece otro hijo que se llama Esteban”
Ana Vera, la hija de Myriam Monardes, conversó con The Clinic y contó cómo su madre se enteró de que el hijo que ella creía muerto, en realidad estaba vivo.
“Un día ella cuando cumplió los 65 años, yo le dije, ‘mamá, ¿por qué no va a hacer el bono por hijo?’, y la acompañé y la llevé a Chile Atiende. Cuando estábamos haciendo el trámite en la oficina nos dijeron ‘ aquí le aparecen ocho hijos’. Y yo le respondí, ‘nooo, nosotros no somos tantos’. Y después la niña empezó a nombrar los hijos que le aparecían en el sistema a mi mamá”, contó Ana Vera.
El quinto en la lista que enumeró la funcionaria no fue reconocido ni por Myriam Monardes ni por su hija.
“Esteban Monardes, dijo ella. ‘No’, le dije yo, ‘mi mamá no tiene ni un hijo que se llame Esteban Monardes’. ‘Sí’, me dice, ‘aquí aparece vivo’. Y yo le digo, ‘mamá, aquí le aparece otro hijo que se llama Esteban’. Y mi mamá hasta ese tiempo nunca me había hablado de ese hijo. Entonces ella me dice, ‘sí, Anita, mire, yo tuve un hijo, pero cuando nació, falleció’”, relata la hija de la mujer que desde ese día busca al niño que parió en 1987 en el Hospital Félix Bulnes y que, según la indagatoria judicial, podría estar en Suiza.