Expertos aseguran que la crisis sanitaria dejó entrever con más intensidad la soledad de la crianza como una problemática país, por lo que se podría observar en los más pequeños síntomas afines a conductas regresivas, dificultades emocionales y en el aprendizaje, así como también en su salud física.

Un gran porcentaje de la población volvió al encierro, lo que nos hace pensar en cómo las familias van a enfrentar nuevamente largos periodos de cuarentena sin contar con los espacios para compartir y resolver inquietudes cotidianas de la crianza.

“La crisis sanitaria dejó entrever con más intensidad la soledad de la crianza como una problemática país. Se hizo evidente las carencias presentadas a nivel nacional respecto a la salud mental, desigualdad de género en el hogar y trabajo, entre otros temas que en la Casa del Encuentro veníamos escuchando y trabajando hace años”, declara Diego Blanco, director Clínico de la Casa del Encuentro, programa de la Fundación Santa Ana inspirado en las Casas Verdes de Francia que busca acompañar a los padres y fomentar la socialización entre niños.

Desde el centro aseguran que estos espacios están principalmente relacionados al ámbito educativo, como jardines infantiles, escuelas de lenguaje o colegios, sin embargo, son escasos los espacios para que puedan desenvolverse y encontrarse libremente: “Son en estos intercambios cotidianos en donde niñas y niños van entendiendo, a través de encuentros, el derecho y deseo de vivir. Si en la ciudad no se proveen lugares para que suceda esto, corremos el riesgo de empobrecer los vínculos y dejarlos en un marco de desconfianza y soledad, puesto que no hay salud mental sin la posibilidad de contar con espacios culturales, participativos y sociales para la niñez”.

¿Cuáles son los síntomas percibidos en los más pequeños?

Actualmente, se realizan estudios para ver el alcance de la pandemia del COVID-19 en niñas y niños. Sin embargo, existe evidencia de síntomas asociados a separaciones, confinamientos prolongados en otros contextos o emergencias sociales.

Entre los síntomas que con mayor frecuencia se observan, y que van de la mano del contexto, historia y situación de cada niño, son aquellos referidos al vínculo temprano, como actitudes regresivas, expresiones de agresividad o dificultades en la separación.

Blanco precisa que “estos síntomas deben analizarse como efecto de una escasez en la socialización producto de la situación sanitaria, pero también como efecto del cansancio de las familias de poder hacer lo que pueden con lo que tienen a mano, ya que no podemos juzgar las expresiones sintomáticas de los niños como responsabilidad exclusiva de la familia, sino que hay que pensarlas a la luz de cómo podemos como ciudadanos ayudarnos y cooperar en los sufrimientos que muchas veces son más bien sociales que individuales”.

Acompañar la crianza en el hogar

Hace 7 años que la Casa del Encuentro se encuentra trabajando en el país, primero en La Pintana y luego en Renca. Debido a la pandemia, ambos centros han debido cerrar temporalmente sus puertas y teniendo que repensar sus fundamentos para trasladar sus iniciativas a lo virtual.

“Nos dispusimos crear nuevos dispositivos para acompañar a distancia a niños y cuidadores, los que si bien en un principio fueron pensados para las comunas en donde se ubican nuestras sedes, finalmente tuvieron un alcance mayor del esperado, dejando entrever la necesidad de contar con espacios de encuentro, que, aunque fueran virtuales, pudieran acompañar la crianza en el hogar”, comenta el experto.

Texto e imagen extraídos de: https://www.elmostrador.cl/agenda-pais/2021/04/14/promover-la-socializacion-temprana-y-la-crianza-colaborativa-podria-ayudar-en-el-desarrollo-social-y-emocional-de-la-primera-infancia/