llido2El sacerdote Antonio Llidó Mengual, Español, miembro del Grupo Cristianos por el Socialismo, formados por laicos y religiosos en el gobierno de la Unidad Popular, fue detenido aproximadamente el 24 de septiembre de 1974, por agentes de la DINA, en una parcela ubicada en los alrededores de Santiago en circunstancias que se desconocen. Su arresto está al parecer relacionado con un grupo de personas vinculadas al MIR, entre ellas Ariel Salinas Argomedo, detenido por agentes de la DINA el 25 de septiembre de ese año, encontrándose también en calidad de detenido desaparecido. El padre Llido fue trasladado al recinto de la DINA ubicado en José Domingo Cañas con República de Israel, en donde fue visto hasta mediados de octubre de ese año, fecha en que fue trasladado a Cuatro Alamos, recinto de incomunicados de Tres Alamos y que también estaba a cargo de la DINA. Desde este recinto, desapareció alrededor del 25 de octubre de 1974.

Durante su permanencia obligada en el recinto de José Domingo Cañas, fue cruelmente torturado y objeto de burlas por su condición de sacerdote. De las condiciones en que se encontraba, dan cuenta los testimonios de personas detenidas por la DINA y que sobrevivieron a las torturas y al método de desaparecimiento de personas implementado por ese organismo de seguridad del régimen militar.

Doña Rosalía Martínez Cereceda, detenida junto a su cónyuge Julio Laks Feller el 22 de septiembre de 1974 y trasladada al recinto individualizado, expone en su testimonio que el 24 de septiembre llegó a ese lugar el Padre Antonio Llidó, quien permaneció allí hasta mediados de octubre de 1974.

El sacerdote se encontraba muy mal de salud, sufría frecuentes hemorragias estomacales, sin embargo su ánimo era muy bueno y se dedicaba a reconfortar a los demás prisioneros. Por su parte, Julio Laks Feller declara que a los 2 o 3 días de haber llegado el sacerdote, fue objeto de repetidas sesiones de interrogatorios y cada vez volvía en peor estado físico. Al cabo de 3 días, tenía grandes dificultades para moverse a consecuencia de los golpes y la aplicación de electricidad en todo el cuerpo durante varias horas seguidas; tenía su camisa manchada con sangre y aparentemente tenía hemorragias internas y desgarros musculares. En una ocasión fue auscultado por un médico de la DINA, el cual recomendó su hospitalización inmediata, recomendación que fue rechazada por un Oficial de apellido Morel (se refiere a Marcelo Moren Brito) quien respondió que ello no era posible por cuanto los interrogatorios no habían concluido. El testigo agrega en su testimonio, que a pesar de su estado físico y del trato vejatorio que recibió por su condición de sacerdote, mantuvo siempre una presencia de ánimo sorprendente y aún encontraba fuerzas para consolar a sus compañeros de celda, compartiendo también con ellos lo poco que tenían para comer. El testigo, a mediados de octubre de 1974 fue trasladado a 4 Alamos. Allí, a los pocos días presenció la llegada a ese lugar del padre Llidó quien fue recluido en la celda N°13. Su estado de salud era algo mejor, pero sufría aún de grandes dolores.

Alrededor del 20 del mismo mes, el sacerdote fue sacado de su celda y del recinto, junto a otros detenidos, con orden de llevar todas sus permanencias. Don Edmundo Lebrecht, en testimonio suscrito en Berlín, señala haber visto y conversado con la víctima durante los días 2 y 3 de octubre de 1974 en el recinto de José Domingo Cañas, enterándose que era sacerdote y que había sido detenido en una parcela de Santiago. Había sido víctima de aplicaciones prolongadas de golpes eléctricos y golpizas de todo tipo mientras permanecía maniatado a un camarote metálico. Por su condición de sacerdote, las torturas de que era objeto, estaban marcadas por el sado-sexualismo. Personalmente lo atendió cuando fue lanzado a la celda, en donde vomitaba y sufría de fuertes estertores producidos por la angustiosa sed que provocan los golpes de corriente.

Doña Cecilia Jarpa Zúñiga, detenida por la DINA el 3 de octubre de 1974, expone en su testimonio haber sido trasladada a José Domingo Cañas en donde ya se encontraba en calidad de detenido el sacerdote Antonio Llidó.

En los primeros días de su estadía allí, sólo escuchó su nombre, pero posteriormente fue trasladado a su celda -entre el 8 y 12 de octubre- debido a su mal estado de salud. Allí pudo verlo y constatar su mal estado físico, sufría de una úlcera gástrica que había hecho hemorragia. A pesar de ello, conservaba una gran entereza, caracterizándose por su permanente preocupación por los demás detenidos. Asimismo doña Marta Caballero Santa Cruz, expresa en su testimonio haber sido detenida el 5 de octubre de 1974 y trasladada a José Domingo Cañas, en donde se encontraba detenido el padre Antonio Llidó.

La ex-detenida María Julia Andrés Plana, señala en su declaración que fue arrestada el 10 de octubre de 1974 y conducida con la vista vendada al recinto de José Domingo Cañas, en donde se percató de la presencia de numerosos prisioneros, entre ellos el sacerdote Antonio Llidó, quien se encontraba en mal estado de salud debiendo permanecer tendido en el suelo, sin embargo, mantenía presencia de ánimo, buen humor, y entregaba palabras de aliento a todos los que allí estaban. Agrega la testigo, que el 11 de octubre fue trasladada a 4 Alamos junto a un grupo de alrededor de 10 prisioneros entre los cuales se encontraba el sacerdote Llidó, siendo esta la última vez en que tuvo oportunidad de verlo.

El ex-prisionero Hermann E. Schwember Fernández, expone en su testimonio haber sido detenido el 8 de octubre de 1974 por la DINA, siendo trasladado directamente a 4 Alamos desde donde, los días 11 o 12, fue sacado para ser interrogado a un recinto secreto. El 13 de octubre fue nuevamente llevado a 4 Alamos, permaneciendo recluido en la pieza N°13 que alojaba a unos 20 prisioneros. Allí encontró al padre Llidó Mengual, quien había ingresado en pésimas condiciones físicas, debido, según contó, a torturas por shock eléctrico y golpes en diversas regiones del cuerpo; tenía intensos dolores en el pecho y presentaba daño en la boca, glándulas salivales y en la dentadura. Por conversaciones que tuvo con él, pudo enterarse que su detención se produjo a raíz de la búsqueda de algunos activistas políticos conocidos por el Padre Llidó, y las torturas tenían por objeto que él entregara información sobre esas personas. Esa noche del día 13, los presos más antiguos organizaron un pequeño coro para levantar el ánimo a los que venían llegando de las casas de interrogación y tortura. En la mitad de la sesión de canto, se oyó la voz débil del cura que se sumaba al coro y que siguió cantando un buen rato. En los días siguientes, Antonio cantó, bailó, hizo clases de francés y conversó largamente con todos los presos de la celda. En su condición de sacerdote, era buscado por los prisioneros que requerían ayuda para reflexionar sobre su propia situación. Cerca de un día domingo, se propuso que celebrara una misa, lo que suscitó un largo y fraternal debate pues no había dificultad para obtener pan, pero el padre insistía que era necesario algo de vino, aunque sólo fueran unas gotas. Ocasionalmente tenían acceso a un guardia más razonable, Carlos «Mauro» (Carlos Carrasco Matus, posteriormente detenido y desaparecido), y a él le pidieron que consiguiera vino. El guardia manifestó tener dificultades para ese domingo pero que para el próximo haría lo posible por ayudar. El padre no se hacía muchas ilusiones respecto de salir luego de prisión e insinuó un par de veces, en forma tranquila, que sabía que lo que le esperaba no sería nada de fácil. Una mañana, alrededor del 25 de octubre, entró la guardia muy temprano a buscar a un grupo de detenidos, entre los que se encontraban Antonio Llidó, un arquitecto de nombre Carlos Gajardo Wolff y el sociólogo Ariel Salinas, todos desaparecidos hasta la fecha. Agrega el testigo en su testimonio, que mantiene en su retina la forma apresurada como Antonio, medio dormido, se vistió y se puso en fila y los miraba en forma tranquila, mientras los demás prisioneros se hacían la ilusión de que quizás los llevaban a la sección «Libre Plática». Otro sobreviviente de las casas de tortura de la DINA, don Juan Ramón Ramírez Cortés, detenido el 16 de enero de 1974 y que permaneció recluido en los recintos de Londres 38, Tejas Verdes, Cárcel de San Antonio, 4 Alamos, Ritoque y Puchuncaví, señala que en los dos primeros lugares fue objeto de todo tipo de torturas y vejaciones que lo dejaron en muy malas condiciones físicas. A 4 Alamos llegó el 30 de agosto de 1974, cuando aún ese recinto estaba a cargo de Carabineros, luego se hizo cargo la DINA, cuyo agente a cargo era uno de apellido Pacheco (se refiere a Pacheco Conrado). Expresa el testigo en su declaración, que pasadas las Fiestas Patrias de ese año, ingresó a su celda un sacerdote español, el Padre Antonio Llidó, de carácter firme, pero de profunda humanidad. En la noche en que ingresó se encontraba en malas condiciones, había sido torturado durante días, estaba físicamente destrozado y no podía moverse. Como estaban realizando un show, le pidieron que cantara, a lo que se negó por estar muy cansado; días después cantó y bailó una «Jota», pese a que se seguía sintiendo muy mal, tenía al parecer lesiones internas y sólo podía tomar leche. Al cabo de un tiempo lo sacaron de la celda y nunca más supo de él. Finalmente, don Cristián Esteban Van Yurick Altamirano, da cuenta en su testimonio haber sido detenido por la DINA el 12 de julio de 1974 siendo trasladado a Londres 38 en donde fue sometido a intensos interrogatorios con aplicación de tortura. Posteriormente fue llevado a 4 Alamos siendo recluido en la celda N°13, por donde pasaron numerosos prisioneros entre ellos el sacerdote Antonio Llidó Mengual, quien cayó en relación a Ariel Salinas Argomedo, según su propio convencimiento. Cree que la detención del sacerdote se produjo en la semana del 20 de septiembre de 1974, en una parcela. Pasó varios días en José Domingo Cañas. Le contó una anécdota que le sucedió con unos paquetes de maicena: que cuando los agentes iban a tratar de comérselos, descubrieron que tenían papeles con datos. El cantaba mucho y organizó un coro entre los detenidos.

Cabe señalar, que el padre Antonio Llidó Mengual fue procesado en la causa A-637 de la Fiscalía Naval de Valparaíso, junto a varias personas acusadas de ser militantes del MIR. En dicha causa, al igual que otros inculpados que fueron arrestados por la DINA y que se encuentran en calidad de detenidos-desaparecidos, fue declarado rebelde suspendiendo la tramitación de la causa hasta su presentación o aprehensión.

Pese a las numerosas gestiones y diligencias realizadas por su familia, autoridades de Iglesia, Consulado de España y grupos de religiosos de diversos países, aún se desconoce la suerte que corrió en manos de la DINA.

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS

Desde primeros de octubre de 1974 que la familia recibió noticias de la detención de Antonio Llidó ,el uno de octubre en Santiago , empezaron las gestiones para tratar de saber de las autoridades militares de Chile , su ubicación y los cargos que había en su contra.

Antonio Llidó Mengual, era ciudadano español y sacerdote , por eso su hermana Josefa Llidó Mengual , el 17 de octubre 1974,  apeló al Ministerio de Asuntos Exteriores de España y a la Nunciatura Apostólica del Vaticano en España, por la detención y desaparición  de su hermano. La Embajada solicitó a las autoridades chilenas,  conocer el lugar donde se hallaba detenido Llidó  y autorización para su salida de Chile.

Las llamadas realizadas por su hermana al obispo de Valparaíso , D. Emilio Tagle desde el primer momento de saber su detención tuvieron primero la respuesta de que estaba detenido pero que oficialmente no se sabría nada.

El 27 de Junio de 1975 Monseñor Tagle sigue diciendo que :» Antonio Llidó está encarcelado y saldrá pronto» . Ante la insistencia  de la familia asegura :»la noticia es reciente y segura y no tendremos información oficial». El 23 de septiembre  de 1975 el abogado español Joaquín Ruíz-Giménez  de vuelta de Chile, donde trató del tema con el Cardenal Silva, con los dirigentes del Comité Ecuménico de Cooperación para la Paz, con el Encargado de negocios de la Embajada de España y con Monseñor Tagle, dice : «Por desgracia, todas las informaciones coinciden en que se ha perdido toda huella del paradero de Antonio. Y no le oculto que por el momento la impresión es muy pesimista.»

El 29 de septiembre en conversación telefónica de Josefa Llidó con Monseñor Tagle , este dice «que no sabe nada de Antonio» .Y ante la extrañeza de la hermana, termina :»que eso es lo que le decían a él». Aquí terminaron los contactos de la familia con el obispo de Valparaíso, quien por otra parte nunca devolvió a la familia los objetos personales que estaban depositados en la pieza de la parroquia de Quillota donde habitaba Antonio.

También resultaron infructuosas las gestiones realizadas por las Embajadas de Bélgica,  y Francia en Chile, Amnesty International , Comité de Defensa de los Derechos Humanos de Suecia, Cruz Roja  de Francia, Comisión de Derechos Humanos de la O.N.U., Comité Internacional de la Cruz Roja , Cruz Roja Española y las numerosas intervenciones que a lo largo de los años ha realizado la Embajada de España en Chile.

También desde el momento de la detención se realizaron acciones desde Chile para saber el paradero de Antonio Llidó. El sacerdote español, D. Jesús Rodriguez, dejó constancia en declaración jurada de sus gestiones realizada para ubicar el paradero de Llidó. En ella expresa que realizó tres visitas al Obispo de Valparaíso, don Emilio Tagle Covarrubias. En una de ellas , ocurida en marzo de 1975, el Obispo le señaló que había hablado con un Ministro de Estado que le había comunicado que efectivamente Antonio Llidó estaba detenido en un lugar de reclusión y que se encontraba bien .  Posteriormente, en el mes de mayo de ese año, el señor Obispo le comunicó que había hablado con una muy alta  autoridad de Estado, en vistas a solucionar el problema del sacerdote detenido.               Al mes siguiente,  junio de 1975, monseñor Tagle estaba anímicamente decaído y le expreso «que por información recibida de un Ministro de Estado, había sabido que Antonio Llidó, al momento de ser trasladado de un recinto de detención a otro, se había fugado» ; le agregó el Obispo «no puedo entender esta situación . no logro entender lo que pasó.»

El 27 de noviembre 1974, el Embajador de España, se dirigió al Comandante de la II División del Ejercito y Comandante General de la Guarnición de Santiago, rogándole la liberación y eventual puesta a disposición del Consulado de España de Antonio Llidó Mengual y otros tres ciudadanos españoles.

El 4 de  diciembre 1974. Monseñor Sotero Sanz Villaba, Nuncio Apostólico del Vaticano en Chile, dice:  » que según noticias dadas por una alta Autoridad del Gobierno de Chile, el Padre Llidó está detenido y bien de salud». Esta noticia la comunica a la Embajada de España en Santiago. Todo esto esta narrado en una carta del Núncio a D. José Ortuño, Director del Secretariado de la OCSHA  en Madrid.

El 31 de enero 1975, el Encargado de Negocios de la Embajada de España en Chile, se dirige al Comité Internacional de la Cruz Roja en Providencia, Santiago, informando de las gestiones ante las autoridades locales para hallar el paradero de Antonio Llidó que han resultado infructuosas hasta la fecha.

El 30 de  junio 1978, carta del Embajador de España en Chile al Director General de Iberoamérica del Ministerio de Asuntos Exteriores, sobre la entrega al Director de Protocolo,  Ricardo Leteller, de la carta de (17-6-1978) del Presidente  Adolfo Suárez, al General Pinochet, en el que el Sr. Suárez ruega a Pinochet una investigación exhaustiva sobre el caso de Antonio Llidó Mengual.

El 15 de enero 1979, Pepa Llidó Mengual, otorgó poderes notariales al abogado Alejandro González Poblete de la Vicaria de la Solidaridad, para que le represente en Chile, en cualquier causa criminal que se haya iniciado o se inicie para investigar su paradero; igualmente, le confiere poder para hacer la denuncia judicial, y ante autoridades administrativas de la situación que afecta al Sr. Llidó Mengual se le faculta especialmente para iniciar cualquier otra gestión judicial o extrajudicial conducente al mismo fin.

El 22 de noviembre 1991, Josefa Llidó Mengual, confiere poder notarial amplio para actuaciones judiciales a favor de Don Hector Salazar Ardiles, para que le represente en todo juicio de cualquier clase y naturaleza que sea, y que actualmente se ventile u ocurra en el futuro en Chile, en relación al desaparecimiento del hermano de la otorgante, Antonio Llidó Mengual, ocurrido en dicho país en 1974.

El 10 de  enero 1992, Josefa Llidó Mengual presenta ante el 14 Juzgado del Crimen de Santiago una querella por aplicación de tormentos y secuestro a favor de Antonio Llidó Mengual, este proceso ingreso con el rol 113608-FL.

En la presentación se solicitó entre otras diligencias que se cite al Oficial de Carabineros Ciro Amerto Torre Sáez, que a la fecha de la detención de Llidó se desempeñaba en la DINA a cargo del recinto secreto de detención de José Domingo Cañas, recinto donde se mantuvo en cautiverio a la víctima, que se cite a declarar a Marcelo Moren Brito, Oficial del Ejército que también cumplió funciones opèrativas  en la DINA y al Oficial de Gendarmería Orlando Manzo Durán, quien fuera el responsable del recinto de la DINA llamado Cuatro Alamos.

La Corte Suprema de Chile ha aplicado el Decreto de amnistía de la Junta Militar, de 18-4-1978, y ha sobreseído la querella interpuesta  el 10 de enero de 1992 por D. Josefa Llidó Mengual.

El  4 de julio 1996, Pepa Llidó Mengual interpuso una querella contra Pinochet y otros ante la Audencia Nacional de España, por genocidio, terrorismo y torturas, en la que desde el 10 de Diciembre 1998 está procesado Augusto Pinochet y con orden internacional de detención.