El 3 de septiembre se cumplen exactamente 10 años de la desaparición de José Gerardo Huenante Huenante, en condiciones que aún no son del todo claras y que constituyen un profundo agravio para familiares, vecinos de Puerto Montt y organizaciones de DDHH en general. Constituyéndose para muchos sectores: en el primer detenido desaparecido en tiempos de democracia.
De las pocas certezas en torno a este trágico acontecimiento, la más clara es su directa relación con tres funcionarios de la Quinta comisaría de Puerto Montt, los cuáles detuvieron a José y lo ingresaron a un radiopatrulla de la mencionada comisaría, siendo esta la última vez que fue visto con vida.
Cierto es también que la larga espera de familiares y la agónica búsqueda de verdades para dilucidar las circunstancias de su desaparición no ha dado resultados. Por su parte, las autoridades y el gobierno no se han implicado de manera enérgic,a y muy por el contrario, la institución policial ha reintegrado en nuevas labores a los tres funcionarios implicados.
Todo este panorama, trae consigo el vivo el recuerdo de los muchos casos de detenidos desaparecidos que se vivieron en tiempos de atropellos a los derechos humanos en la dictadura cívico militar, ya sea por el prolongado lapso de respuestas nulas y/o la imposibilidad de justicia efectiva para los responsables. El cuadro se completa con las extrañas circunstancias de la desaparición y el carácter represivo del episodio.
Mientras la Fiscalía de Puerto Montt mantiene vigente la investigación del caso sólo por presunta desgracia, el sobreseimiento en la justicia militar por el caso se hizo efectivo, lo cual da pocas luces de esperanza a familiares, vecinos y organización de DDHH, que lejos de descansar y desalentarse en la búsqueda de respuestas, alzan la voz clamando por la verdad sobre la desaparición de José.
De esta manera El Servicio Paz y Justicia hace visible su apoyo en la búsqueda de la verdad sobre este caso. El cuál deja entrever que acontecimientos reales de carácter criminal asociados a fuerza de orden público, no pueden seguir ocurriendo en tiempos de democracia.
Serpaj Los Lagos