La desigualdad social, la crisis climática y la injusticia son problemas graves que afectan a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, el gasto militar sigue siendo exorbitante, invirtiendo millones en armas y conflictos bélicos.
Es por eso que, como cada año, en SERPAJ Chile nos unimos a la campaña mundial Contra el Gasto Militar 2023 bajo el lema “La guerra nos cuesta la Tierra”, iniciativa inspirada por el International Peace Bureau (IPB) y que coincide con el informe anual del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI). El objetivo es concientizar a la sociedad y a las autoridades políticas sobre el excesivo gasto militar que cada año asignan los países en sus presupuestos.
Para este año, el llamado es a reducir drásticamente el gasto militar e invertir en seguridad social y humana, especialmente aquella vinculada a la protección del medio ambiente. La guerra y el militarismo han dejado un rastro de destrucción, dolor y sufrimiento en todo el mundo, y también son responsables de aproximadamente el 5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. El conflicto armado no solo conduce a la muerte y destrucción, sino también a la devastación ambiental.
Es hora de un cambio de enfoque hacia la desmilitarización de políticas públicas, incluidas aquellas destinadas a abordar la crisis climática, y la implementación de medidas centradas en la seguridad común para proteger a las personas y al planeta.
La compra de armamento contribuye a aumentar la sensación de violencia en la sociedad, y la presencia de armas y la militarización fomentan la cultura del miedo y de la violencia, normalizando la idea de que la resolución de conflictos debe ser a través de la fuerza. Además, en muchos países, también puede fortalecer la desigualdad, ya que se destinan grandes cantidades de recursos a la industria de la guerra en lugar de invertir en programas sociales, educación, salud y otras áreas que podrían mejorar la calidad de vida de las personas, generando más injusticias y frustración, aumentando la probabilidad de conflictos.
En este sentido, resulta incomprensible que en 2022 el Ministerio de Defensa ($1.883.203 MM de pesos) haya ejecutado un presupuesto mayor que el Ministerio de Desarrollo Social ($1.112.963 MM), o que el presupuesto efectuado por el Ejército de Chile ($595.799 MM) fuese mayor al del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio ($229.679 MM), el Ministerio del Medio Ambiente ($62.539 MM), el Ministerio de Ciencia y Tecnología ($62.539 MM), o el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género ($64.806 MM). Debemos invertir en el desarrollo y dignidad humana, y así, construir un país por y para la paz.
Es esencial contar con medidas que apunten a la resolución pacífica de los conflictos para construir un mundo más justo y democrático. En lugar de recurrir al paradigma de la violencia, debemos trabajar por la paz. Debemos desmilitarizar la política pública y crear estructuras y alianzas de gobernanza basadas en la confianza mutua, el entendimiento, la cooperación y la verdadera diplomacia, donde los conflictos se resuelvan a través del diálogo y la empatía entre las personas y las comunidades, para así construir relaciones más saludables y armoniosas en el mundo.
Este lunes 24 de abril se darán a conocer los nuevos datos sobre gasto militar en el Informe Anual del SIPRI. En SERPAJ Chile nos sumamos al llamado por recortar el gasto militar y redirigir esos fondos hacia iniciativas que promuevan la seguridad y el bienestar de todas las personas, para así reconstruir un mundo de paz, convivencia y colaboración entre los pueblos del mundo.
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