En este momento trascendental de nuestra historia, SERPAJ Chile se une al pueblo chileno para conmemorar los 50 años del Golpe de Estado que desencadenó una dictadura militar sangrienta y genocida. A cinco décadas, este día no solo nos invita a recordar los trágicos acontecimientos de aquel 11 de septiembre de 1973, sino también a renovar nuestro compromiso inquebrantable con la memoria, la defensa de los derechos humanos, la búsqueda de la verdad y la lucha por la justicia en nombre de todas las víctimas de aquel oscuro período.

Hace medio siglo, un golpe militar derrocó al gobierno democráticamente electo de Salvador Allende, marcando el inicio de una dictadura que duró 17 años y que sus consecuencias continúan hasta hoy. Durante este período, miles de personas fueron detenidas, torturadas y asesinadas por razones políticas. Decenas de miles de chilenos y chilenas sufrieron la persecución, el exterminio, la desaparición y exilio por el simple hecho de luchar por mayor dignidad y por los derechos humanos. Por soñar un país más justo.

También, la dictadura militar aniquiló el tejido social e instaló un sistema neoliberal que pavimentó el camino para la desigualdad, el aprovechamiento económico y la mercantilización de los derechos sociales. Se buscó desestabilizar nuestra convivencia, socavar nuestro sistema democrático y debilitar nuestro sistema político. 

Hoy honramos a aquellos que fueron valientes en su resistencia y a aquellos que perdieron la vida defendiendo sus creencias. La memoria es nuestra herramienta para mantener viva la lucha por la justicia y la verdad. La defensa de los derechos humanos no es una opción, es un deber. 

Debemos recordar y aprender de nuestro pasado para asegurarnos de que nunca más vuelvan a ocurrir atrocidades similares en nuestro país o en cualquier parte del mundo. Exigimos una investigación completa y transparente de todos los crímenes cometidos durante ese período, sin importar cuánto tiempo haya pasado. Solo a través de la verdad podemos sanar las heridas del pasado y avanzar hacia un futuro más justo y equitativo.

Nos oponemos con determinación aquellos que, en la actualidad, buscan negar o minimizar los horrores del pasado, perpetuando el negacionismo. La negación de los hechos históricos solo sirve para perpetuar el sufrimiento y socavar la reconciliación nacional. Los responsables de violaciones a los derechos humanos deben rendir cuentas ante la ley. 

Reiteramos nuestro apoyo y admiración a todos los familiares, organizaciones y quienes persisten en la búsqueda de las y los detenidos desaparecidos, sumándonos a su llamado por la verdad, justicia y reparación.

Hoy, al conmemorar estos 50 años, reafirmamos nuestro compromiso con la memoria, la defensa de los derechos humanos y la búsqueda de la verdad.

Toda la paz para que florezca la justicia